Agnolo Bronzino, Alegoría del amor (1540/45)
Locura: Del latín vulgar delirare, de lira ire, que significaba originalmente en la agricultura "desviado del surco recto", culpa de un desequilibrio mental, por el cual un hombre o una mujer padecía de delirios enfermizos, impropios del funcionamiento normal de la razón, que se identificaban por la realización de actos extraños y destructivos. Chalado... La locura llega a todos sino es que todos vienen con ella incluida y solo se va perdiendo poco a poco, como dice la frase de Samuel Beckett “Todos nacemos locos. Algunos continúan así siempre". Casi puedo apostar que entro en esta categoría, solo es saber hasta qué punto, como persona guardo muchos trastornos obsesivos-compulsivos (T.O.C), cosa de la cual me he dado cuenta últimamente. Hay muchas cosas pequeñas que no puedo dejar de realizar, si bien he leído, se clasifican de la siguiente manera: • Lavadores y limpiadores • Verificadores • Repetidores • Ordenadores • Acumuladores • Ritualizadores mentales • Atormentados y obsesivos puros
Una de ellas ocurre mientras escribo este post, cada cosa que escribo, pienso, digo, hago, tiendo a buscarla, es algo que no está mal y como siempre digo, debe de haber ese sentido de búsqueda en las personas, tal vez no a tal grado…¿o sí?... en fin, pero debe de existir. La manía o locura no se debe de confundir con este tipo de trastornos, más sin embargo se relacionan y uno puede ser el motivo del otro, con esto dicho llego al principio de lo escrito, y reviso lo siguiente:
Muchos aspectos permiten que se considere la manía como una "depresión invertida", en el sentido de una aceleración e intensificación de los pensamientos y de las emociones (todo es más fuerte, más vivo, más intenso, incluyendo el dolor moral o la tristeza, lo que puede acarrear confusiones en el diagnóstico).
Los síntomas más típicos serían: • Excitación, exaltación, sentidas como "presiones internas"; • Humor elevado: clásicamente eufórico, aunque también destacan irritabilidad, mayor reactividad y tendencia a ponerse fácilmente colérico; • Actividad sin reposo, agitación improductiva. Se empiezan varias cosas que no son acabadas; • Disminución del pudor, pérdida de inhibición, pudiendo llegar a actitudes de seducción y contactos sexuales excesivos, teniendo en cuenta que la persona en estado normal no habría deseado tener ese tipo de comportamiento; • Aceleración del pensamiento: nuevos y numerosos pensamientos pasan por la mente de la persona sin que ésta pueda detenerlos; • Dificultad para concentrarse, fácil distracción; • Trastornos del curso del pensamiento (digresiones múltiples), pérdida del hilo de la conversación; • Fuga de ideas: dificultad para seguir el discurso de una persona que sufre de manía, ésta suele olvidar el tema inicial; • Logorrea: habla abundante, acelerada e imparable, siendo esto el reflejo de la aceleración del pensamiento; • Excesiva confianza en sí mismo; • Disminución de la necesidad de dormir sin que la persona sienta la fatiga asociada a esa falta de reposo. Esta falta de sueño es a menudo uno de los primeros signos de un episodio maníaco; • Sentimiento altruista: ganas de ayudar a los demás, hiperempatía; • Hipersensibilidad afectiva y sensorial; • Labilidad emocional: pasar de la risa a las lágrimas con mucha facilidad; • Negligencias en la alimentación o en la higiene.
Al repasar los síntomas veo que casi tengo la mitad de estos (en negrita), ¿es esto el significado de algo?...¿estaré a punto de un episodio maníaco?…no lo creo, si bien dijo Ambrose Bierce “Todos son locos, pero el que analiza su locura, es llamado filósofo”.
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